lunes, 13 de junio de 2011

TESTAMENTO

Al igual que tú irremediablemente al final de nuestras vidas nos espera la muerte. Para los católicos, la muerte, es una transición entre la vida y la verdadera vida, ya que el morir nos conduce a la vida eterna. Dicho esto quiero expresarte mis deseos a la hora de mi muerte:
Como no poseo bienes de fortuna, me dedicaré sólo a la parte espiritual.
 Cuando te enteres de mí muerte rézale a Dios un Padre Nuestro para que me haya juzgado benevolentemente y me haya aceptado en El Paraíso y un Ave María a María Auxiliadora para que me haya presentado como su amigo.
 Cuando te enteres de mí muerte no salgas corriendo ponerte ropa negra y mucho menos aún a comprar ropa de luto [ya no podré ver tus sentimientos, guárdalos en tu corazón]. Si piensas ir a mi velorio hazlo con la misma ropa que te pusiste para ir al trabajo o para estar en la casa, si para nosotros la muerte es una transición para acceder, si Dios quiere, al Paraíso. Tenemos que ser consecuentes con nuestras creencias y no debemos manifestarnos con ropas tristes y lágrimas en los ojos; ¿qué pensarán los ateos de un velorio de un católico? Sin duda pensarían. Si creen en la otra vida ¿Por qué tan tristes?
 Si tienes por costumbre enviar coronas de flores a los velorios, te agradezco que no envíes este tipo de coronas a mí velorio. Si quieres lo que habrías de gastar en dicha corona lo puedes utilizar para mandar a decir una Misa por mí alma y las almas del purgatorio. En todo caso dejo a la familia en libertad para contratar una Cruz de flores blancas para colocar sobre el ataúd.
 Si piensas ir a mí velorio no estés con cara de burro embarcado ni cabizbajo; yo espero que Dios me abra las puertas del Paraíso y allí nadie me va a recibir con lágrimas. Más bien reza un Rosario por tú alma y la mía.
 No me entierren y desde cualquier montaña alta, vecina a Caracas, esparzan mis cenizas al viento y quizás así podrán decir que estoy enterrado simbólicamente en Venezuela y todos los países de Sur América. Escojan la montaña que les sea más fácil de acceder y que lo puedan hacer en carro.
 Cuando me recuerdes hazlo siempre con alegría.
 Que Dios y María Auxiliadora nos bendigan.
Rosalio (Roly) Julio Castillo Brandt; miércoles, 20 de abril de 2011.

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